Aceros inoxidables austeníticos: son aleaciones de hierro, cromo, níquel y carbono. También conocidos como la serie 300 (según denominación AISI), presentan mejores prestaciones desde el punto de vista de fabricación de componentes y equipos, muy buena soldabilidad y gran resistencia a los distintos tipos de corrosión.
Es importante destacar el éxito de la serie 200, una nueva aleación con menor contenido en níquel (entre el 1% y el 4%) que permite un ahorro en costes en función de la cotización del mismo que puede llegar hasta el 30%.
Aceros inoxidables ferríticos: son aleaciones de hierro, cromo y carbono, con contenidos típicos de carbono menor al 0,1%, de cromo entre el 16% y el 18% y muy bajo contenido de níquel. Los aceros inoxidables ferríticos son magnéticos, tienen una buena ductilidad y son resistentes a la corrosión y oxidación a temperaturas elevadas.
Aceros inoxidables martensíticos: son aleaciones de hierro, cromo y carbono, con contenidos típicos de carbono mayor o igual al 0,1% y de cromo entre el 12% y el 14%. Estos aceros sufren modificaciones estructurales con la temperatura, por lo que suelen someterse a tratamientos térmicos de temple y revertido. Tras estos procesos alcanzan buenas propiedades mecánicas, y tienen suficiente resistencia a la corrosión. Su uso más conocido es en la industria de la cuchillería.
Aceros inoxidables austenoferríticos (dúplex): como su nombre indica, los aceros inoxidables dúplex están consituidos microestructuralmente por dos fases, ferrita y austenita. Estos materiales tienen la ventaja de poseer una elevada resistencia mecánica, alcanzando valores de límite elástico entre 700-900 Mpa (Megapascales), esto es, el doble de límite elástico que los inoxidables austeníticos, lo que en muchos casos representa un ahorro significativo en costes de material.